Una piel sana y libre de impurezas implica una rutina de limpieza diaria, por lo menos en la mañana y al finalizar el día. Para lograr un cutis suave, evita lavarlo con jabones de tocador, pues son alcalinos y tienden a secar e irritar. Halla el limpiador ideal y engríe tu rostro.
- Espuma limpiadora : limpia sin resecar e hidrata. Su acción suave restablece el pH ácido de la piel y deja mate y fresca. Elige una espuma acorde con tu tipo de piel.
- Jabón de glicerina : en base a grasas naturales, limpia la superficie del cutis, barre las células muertas y las impurezas. Bueno para pieles grasas, no es recomendable para las secas.
- Barras faciales : son jabones especialmente formulados con ingredientes que equilibran las pieles mixtas, refrescan las grasas y humectan las secas y delicadas. Brindan sensación de frescura.
- Gel limpiador : es una solución que forma espuma al contacto con el agua. Hay geles para cada tipo de cutis y necesidades específicas, por ejemplo, para piles sensibles, imitadas o con acné.
- Loción limpiadora : No necesita agua y puede retirarse con un algodón o tisú, aunque también con un refrescante lavado. Suelen tener ingredientes activos, como agua de rosas, malva y otras sustancias calmantes. Perfectas para pieles maduras o muy sensibles.
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